Diario de un futuro rentista (80)

Esta publicación es la parte 79 de 86 de la serie. Diario de un futuro pensionado.

Aquí estoy, de regreso de un paseo muy agradable por la naturaleza. Es un día hermoso, casi primaveral, ligeramente soleado, con el mercurio subiendo a 13 grados. Qué paz, lejos del estrés del trabajo y de la ciudad, la sensación casi de una dimensión paralela, donde el COVID y Carrera de ratas no son actuales. Nos encontramos con jubilados solos, en parejas, algunos paseando a uno de sus nietos en un cochecito. También vemos a madres charlando sentadas en un banco o haciendo jogging tranquilamente en ropa deportiva. Y, como un intruso en medio de esta población “inactiva”, un cuarentón apenas logra ocultar su sonrisa ganadora.

Durante este paseo varios sentimientos ligeramente extraños se agitaron dentro de mí. Primero, la impresión de ser una especie de usurpador o un extraño que no tiene derecho a estar ahí en ese momento. “Deberías estar trabajando”, intenta susurrarme lo que me queda de conciencia profesional. Sin embargo, muy rápidamente la silencio centrándome en el momento presente y respondiendo: “Cállate, he trabajado más de lo necesario para ti en el pasado. Ahora es el momento de cosechar los frutos”. También resurgen recuerdos vagos. La impresión por un momento de haberme sumergido de nuevo en el mundo despreocupado de mis estudios universitarios, durante los cuales yo holgazaneaba mientras todos los demás trabajaban.

¿Y si eso fuera felicidad?

Navegación en la serie.<< Diario de un futuro rentista (79)Diario de un futuro rentista (81) >>

Descubre más desde dividendes

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

2 comentarios en “Journal d’un futur rentier (80)”

  1. Sí, ¡eso es exactamente la felicidad! 🙂

    Las cosas sencillas y las experiencias vividas son las únicas que nos dejan una profunda impresión, crean recuerdos duraderos y contribuyen verdaderamente a nuestra felicidad: la naturaleza, el contacto humano, el buen tiempo pasado con los seres queridos,…

    A diferencia de los bienes materiales inútiles que tal vez nos hagan felices en el momento pero que no dejan huella a largo plazo (excepto en nuestra cuenta bancaria): un Porsche, un televisor 8k, una gorra Gucci.

    Recuerdo los momentos que pasaba cuando era niño con mis abuelos, pero no los juguetes que me regalaban por Navidad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *