Reflexiones sobre la carrera de ratas (5/13)

Esta publicación es la parte 5 de 13 de la serie. La carrera de ratas.

Por tanto, no sorprende que la curva de felicidad alcance su punto más bajo entre los 40 y los 50 años. El dinero no compra la felicidad y aquí tenemos una prueba más que evidente. Al contrario, con las responsabilidades que conlleva, preferiría tener mala suerte. La rata está perdida en su laberinto, muy lejos de la puerta de entrada, muy lejos de la salida, ligada como nunca a su vida de trabajador-consumidor.

Muchos en esta etapa tienden a agitarse o expresarse aún más. Al hacerlo, se agotan innecesariamente. Sin embargo, una cosa puede ahorrarles: tiempo. En efecto, a medida que pasan los años, los niños crecen, el capital que se acumula permite cubrir los momentos difíciles, las deudas disminuyen, la necesidad de consumir y por tanto los gastos también tienden a disminuir.

En el trabajo lo más difícil ya está cumplido, hemos demostrado de lo que somos capaces y podemos empezar a ver la bandera de la victoria en el horizonte: la jubilación. Desde un punto de vista personal, empezamos a ver las cosas con más perspectiva y desapego. Ponemos en perspectiva los grandes objetivos de vida que nos propusimos cuando éramos más jóvenes. Puede que no los hayamos logrado todos, pero al final el resultado no es tan malo, incluso si nuestros grandes sueños de la infancia no se cumplieron. Y los padres que se suponía que debíamos cuidar empiezan a irse, dejándonos con un poco de tristeza, ciertamente, pero también con mucha menos preocupación.

LEER  La caja de garaje, un microcosmos de independencia financiera

En definitiva, con el tiempo las responsabilidades disminuyen, y eso es muy bueno. Cuando somos jóvenes los buscamos, porque significan, al menos en apariencia, autonomía. Pero luego, cuando entendemos cómo funciona, huimos de ellos. Y ahí, a partir de los 50 años, empieza a funcionar. Como resultado, milagrosamente, la curva de la felicidad aumenta, alcanzando su punto máximo poco después de la edad de jubilación... Sorprendente, ¿no?

En última instancia, somos más felices durante nuestra existencia fuera de la vida laboral... Esto socava bastantes principios del modo de vida occidental, en particular el trabajo.

 

Navegación en la serie.<< Réflexions sur la Rat Race (4/13)Réflexions sur la Rat Race (6/13) >>

Descubre más desde dividendes

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *