Reflexiones sobre la carrera de ratas (13/01)

Esta publicación es la primera de 13 de la serie La carrera de ratas.

Hoy iniciamos una serie de 13 artículos sobre el fenómeno que se encuentra en la base de cualquier planteamiento para alcanzar los siguientes objetivos independencia financiera el Carrera de ratas. Literalmente, la carrera de ratas. Hay que imaginarse a este animalito de laboratorio dando vueltas en su jaula, bajo los efectos de las diversas drogas que le han inyectado. Al final del túnel siempre espera la muerte. Es entonces cuando le abrimos el estómago, le extraemos las vísceras y analizamos los efectos de los distintos tratamientos a los que ha sido sometido.

En sentido figurado, la carrera de ratas representa al ser humano perdido en el laberinto de la sociedad de consumo. Voluntariamente o no, él también recibe tratamientos químicos. Pero, a diferencia de la rata, no sólo es manipulado por las drogas, sino también, y sobre todo, por las ideas. Marketing, moda, política, sobrecarga de información, redes sociales, publicidad, seguimiento por internet, objetos conectados... el consumidor actual ha superado a la rata en todos los ámbitos de experimentación. Ya no hay escapatoria.

La carrera de ratas en el ser humano: necesidades ilimitadas

Gracias a la tecnología digital, la información va y viene constantemente. En casa, en la oficina, de viaje, en el bolsillo, en la muñeca e incluso mientras dormimos... Peor aún, a diferencia de las ratas, cuyas necesidades siguen siendo primarias y materiales, las necesidades humanas son ilimitadas. Además de comer, beber, dormir y reproducirnos, también tenemos necesidades sociales y de satisfacción. Éstas son más difíciles de satisfacer que las primeras.

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Para satisfacer todos sus deseos, excitados o no, los seres humanos de una sociedad de consumo tienen que pagar por ellos y, por tanto, trabajar. Cuanto más consumen, más pagan y más trabajan. Muy a menudo, incluso tienen que trabajar cada vez más para poder permitirse los mismos bienes o servicios, porque su poder adquisitivo disminuye. El resultado es un círculo vicioso de trabajo y consumo. Esto empuja al hombre occidental a hacer cada vez más para adquirir lo que necesita, o más bien lo que cree que necesita.

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2 comentarios en “Réflexions sur la Rat Race (1/13)”

  1. Gracias por este primer artículo, que retrata nuestra vida en sociedad y el malestar de tantas personas que tienen todo lo que necesitan en nuestros países llamados civilizados.

    Muchos viven como pájaros en una jaula dorada, muchos interpretan un papel en lugar de vivir su vida, un poco como en El show de Truman.

    ¿Cómo podemos mantenernos centrados en lo esencial y conservar nuestra independencia de espíritu con todo el ruido de fondo inútil que nos abruma constantemente y nos impulsa a consumir?

    Estoy deseando leer más y espero que puedas esbozar algunas formas en las que podamos convertir el círculo vicioso de exceso de trabajo - exceso de consumo en un círculo virtuoso 🙂 .

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