Zzz... Zzz... Zzz... Que bien estamos en la cama. Qué placer salir por la mañana, cuando amanece, sin necesidad de despertador. Que placer decir que tenemos el día para nosotros solos, que el café nos espera y que podemos disfrutarlo tranquilamente mientras leemos las noticias del día.
Parece que la ociosidad es la madre de todos los vicios. Cuando tengamos tiempo, estaremos más inclinados a ceder a todo tipo de tentaciones. Por el contrario, encuentro que la verdadera sabiduría es no hacer nada. El tiempo que se nos ofrece nos permite volver a centrarnos en el momento presente y en lo que realmente importa. Cuando trabajamos corremos en todas direcciones, la mayoría de las veces innecesariamente, nos desapegamos de nuestros verdaderos valores y es cuando cometemos un error.
Zzz... Zzz... Zzz.... Levántate de la cama tranquilamente, vístete o no, báñate o no. Todo se hace según el deseo del momento. Ningún programa, ningún horario, ningún hábito, salvo decidir qué, cuándo y cómo. Un día haremos mil cosas, al día siguiente languideceremos todo el día. No es necesario ponerse la máscara del pequeño trabajador perfecto, sonriente y motivado. Si estamos cansados y/o de mal humor, entonces nos comportamos como tales.
Bueno, hoy decidí que me iba a pegar tiros en el culo todo el día. Eso es bueno, son vacaciones. En un futuro no muy lejano podré tomar este tipo de decisiones todos los días.
Zzz.... Zzz... Zzz...
Descubre más desde dividendes
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.