Últimamente me he sentido un poco como si estuviera en una encrucijada. Sin duda, esto se debe al hecho de que ya he avanzado mucho en el camino hacia la independencia financiera y siento que ya no es sólo un sueño, sino una meta que tiene todas las posibilidades de hacerse realidad, aunque no sea para mañana. . Es un sentimiento extraño, una mezcla de alegría, confianza, pero también miedos y cuestionamientos.
Sorprendentemente, estas preguntas no tienen nada que ver con cuestiones financieras. Efectivamente, todo mi plan funciona perfectamente, aunque sé muy bien que muy pronto una corrección bursátil me sacudirá un poco... pero sólo un poco gracias a la resistencia de los dividendos. Si me lo pregunto, se trata más de la sustancia del proceso. Ok, está muy bien obtener ingresos regulares sin hacer nada, pero luego, ¿qué hacemos?
Pues claro que hay muchísimas cosas que hacer, disfrutar de la vida, viajar, pasar un buen rato con amigos y familiares, dedicar tu tiempo a hobbies, deportes, etc. Pero, ¿no nos perderemos finalmente uno de los aspectos del mundo profesional en el que no siempre pensamos: ser útiles a la sociedad? Mire a los jubilados que le rodean: la mayoría de ellos ya no tienen necesidad económica de trabajar, pero aún intentan mantener una actividad voluntaria para estar al servicio de los demás.
Por supuesto, no quiero renunciar a mi objetivo de independencia financiera, que está cada vez más cerca. Pero cuanto más siento que puedo tocar este dulce sueño, más me pregunto qué pasará después. Y me digo a mí mismo que por fin tengo suerte: es un problema muy bonito el que tengo ahí...
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Hola Jerónimo,
Toda la cuestión de la búsqueda pero de saber lo que realmente hay al final, ¡y sobre todo después!
¡La ventaja de esta misión es que es a tan largo plazo que te da tiempo para pensar en ella!
En cualquier caso, ¡¡¡qué acierto tocar el sueño con la punta de los dedos!!!
Buenos pensamientos sobre tu jubilación este domingo de invierno 😉
GRACIAS !
Tu blog es genial 😉
Querido Jérôme, ese es un gran problema que tienes ahí.
Personalmente, diría que hagas lo que te dé más placer y orgullo.
Debemos vivir nuestra vida, no sufrirla… somos dueños de nuestras decisiones.
Martín