El rendimiento no es sólo una cuestión de ingresos, sino también de gastos. Los gastos de cualquier inversor, si excluimos la apropiación fiscal, están ligados a los costes bancarios (gastos de custodia, gastos de transacción, comisiones, etc.). Estos costos pueden afectar significativamente el rendimiento. También están, en principio, muy ligados a los movimientos que el cliente realiza en su cartera. Y por supuesto más o menos negociable en función de la cantidad de activos gestionados.
Surgen entonces un sinfín de preguntas:
- ¿Tengo tarifas estándar o puedo negociar?
- ¿Qué tarifas negociar (comisiones, gastos de custodia, costes administrativos)?
- ¿Qué tipo de contrato (tarifa total, comisiones+corretaje+gastos administrativos)?
- ¿Qué solución es mejor para qué tipo de inversor?
- ¿De qué servicios quiere beneficiarse el inversor?
- ¿Cómo podemos combinar mejor los intereses del cliente con los del banco?
Y nosotros, seguidores de este blog, somos en esencia clientes que realizan pocas transacciones, cobran dividendos y, por tanto, representan pocos costes para el banco. Negociar si, pero ¿qué?
El último punto de la lista siempre ha sido el más sensible para mí: personalmente, como no tengo conocimientos infundidos, me gusta recurrir a un asesor: tiene una cantidad de información que me resultaría tediosa o imposible de obtener. En este sentido merece que le paguen. En cambio, si me aconseja, quiero que piense en mí (o más bien que sus consejos no estén sesgados por un interés divergente del mío). Por eso negocié una tarifa global: no quiero que el asesor esté interesado en animarme a cambiar mi cartera, quiero que esté sujeta a conflictos de intereses lo menos posible. Con un all-in, el banco incluso está interesado en que haga lo menos posible, y su interés de alguna manera se superpone con el mío.
Evidentemente, haciendo este cálculo, es posible que un all-in al final me cueste más de lo que me hubiera podido costar un enfoque tradicional (derechos de custodia + comisiones + costes varios). Pero mi experiencia es la siguiente: con un all-in, no más discusiones, TODOS (y aquí hay que ser perfectamente claro con el banco, a veces ellos mismos lo olvidan) deben estar incluidos. Además, actualmente los bancos están más abiertos que nunca al debate sabiendo 1) que se encuentran en una posición débil frente a la competencia 2) que, según ciertas fuentes bien informadas, más de 20% de los bancos gestores de fortuna en Suiza están en las cifras rojas 3) que la inevitable desaparición del dinero negro da influencia al cliente, ¡especialmente al que lo declara! y que 4) es más caro adquirir un nuevo cliente que hacer esfuerzos para retenerlo. Hoy mencionamos costos (siempre dependiendo del monto) con los que no nos hubiésemos atrevido a soñar hace 5 o 10 años.
¡Feliz búsqueda de descuentos!
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Gracias Armand por este interesante artículo. No sigo este enfoque de comisión global porque prefiero mantener el control total sobre mi cartera. Sin embargo, estoy completamente de acuerdo con el punto de vista de que no sólo debemos preocuparnos de los ingresos, sino también de los gastos. De hecho, decidí cambiar de proveedor de servicios porque las tarifas de depósito eran demasiado altas.
Pues parece que te han escuchado: http://www.swissquote.ch/sqw-newsletter/articles_details/20130624/June2013/8/1
y las tarifas de depósito son gratuitas en Postfinance