Hay un asesor financiero que sistemáticamente te hace comprar y vender en el momento equivocado. Si lo escucha, puede estar seguro de comprar una acción justo antes de que se desplome o venderla antes de que se dispare. Él usa tu avaricia y tus miedos para engañarte.. Si bien el título bate récord tras récord y muestra actuaciones enloquecedoras, te grita "compra, compra, compra, ven, únete a la fiesta con todos". Por el contrario, cuando el mercado colapsa te grita "vende, vende, vende todo antes de que sea demasiado tarde, de lo contrario lo perderás todo".
Todos habéis oído a este asesor antes y probablemente incluso lo habéis seguido varias veces, con gran pesar. Toma la forma de una vocecita que resuena en tu cabeza o de una idea obsesiva. Se alimenta de tus fobias, explota tus debilidades, se deleita con tu amor al dinero y el deseo de tener siempre más.
Todo lo que te rodea favorece que se manifieste. Mire los índices bursátiles: ¡damos un lugar destacado a los porcentajes y los colores! El verde es bueno, adelante. Red, ten cuidado, retírate. Los gráficos con velas japonesas que también son rojas y verdes alimentan aún más esa vocecita en tu cabeza. Allí baja, vendo, y allí sube, compro. Elemental mi querido Watson.
Los seres humanos estamos hechos así. Gregario, sigue la psicología de masas. Se tranquiliza subiendo al mismo barco que sus compañeros. El problema es que al hacerlo será difícil destacar y ganarle al mercado. Ciertamente es posible, pero no está al alcance de todos.
Por el contrario, imaginemos un mundo donde los porcentajes no existen y donde los índices son verdes cuando están bajos y rojos cuando están altos. Olvídese de las tendencias, las medias móviles y otras velas japonesas. Concéntrate en el precio, piensa en el dinero que tanto te costó ganar y en cómo vas a maximizarlo. Razonar estáticamente en lugar de dinámicamente. En el momento "T", el precio sube a "X", punto. No importa cuál fue su valor el día anterior, así como el del día siguiente.
Tu peor consejero siempre intentará llamar a tu puerta. Le mostrará los titulares, aparecerá en los titulares de CNBC o se pondrá en la piel de un vecino que acaba de comprar oro. Mantén la calma y continúa concentrándote en el premio. Piensa en este vecino: Cuando va de compras, ¿compra algo porque su precio está subiendo?
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