Habrá un antes y un después del Covid-19

Lamento cargarte con otro artículo más sobre el coronavirus. Sólo escuchamos eso ahora y me cansa al menos tanto como a ti. El objetivo de este artículo, sin embargo, no es identificar el número de casos, muertes o alimentar aún más la psicosis ambiental, sino intentar imaginar cuáles son las posibles consecuencias a largo plazo desde un punto de vista económico y social. vista.

Los cambios de paradigma en el mundo se producen muy a menudo durante crisis importantes. Este fue el caso del 11 de septiembre de 2001, que desencadenó una larga guerra de civilizaciones, o tras la caída del Muro de Berlín, que abrió la puerta a la omnipotencia del capitalismo, con sus lados buenos y malos. También existen cambios más suaves, pero tienen más dificultades para imponerse. Necesitan uno o más eventos externos de importancia para que surjan. Los movimientos ambientalistas se han beneficiado, por ejemplo, de una sucesión de desastres como los de Chernobyl, Fukushima y el calentamiento global.

Hoy estamos en medio de una crisis importante como la que el mundo no había visto en mucho tiempo. Incluso las elites y los científicos parecen confundidos. Por supuesto, esto puede explicarse por la velocidad del fenómeno y sus consecuencias muy concretas en términos de vidas humanas. Dicho esto, si tenemos la impresión de estar tan indefensos es sobre todo porque la naturaleza acaba de recordarnos que es la más fuerte. Nuestro llamado poder económico y científico es incapaz de resistir una entidad de tamaño microscópico. También nos sentimos perdidos porque este virus acaba de cuestionar descaradamente nuestro sistema económico y social basado en la deslocalización de la producción, los flujos justo a tiempo y la ausencia de stocks. “Justo a tiempo” es la primera víctima de Covid.

Mañana, cuando los muertos hayan sido enterrados y el resto de los pacientes tratados, la economía estará fría. Los gobiernos habrán ampliado sus déficits, el desempleo habrá comenzado a aumentar de nuevo y, sin duda, se necesitarán inversiones masivas por parte de los Estados para reiniciar toda la máquina. De hecho, los bancos centrales ya han agotado todos sus cartuchos desde la última crisis financiera.

Sobre todo, cuando la tormenta haya pasado, llegará el momento de hacer balance. Lo que ayer era válido ya no lo será mañana. China primero tendrá que justificar la forma en que mantuvo el problema en silencio durante más de un mes, permitiendo que el virus tomara vuelo. Entonces otros países también pondrán en duda su forma de vida, en particular la promiscuidad con los animales en los mercados. Pero, sobre todo, los países desarrollados se verán obligados a volverse mucho menos dependientes de la capacidad de producción asiática. Europa y Estados Unidos tendrán que reubicar sus industrias o diversificar sus fuentes de suministro en varios otros países. El continente africano podría ser uno de los beneficiarios de este movimiento. También en nuestras latitudes el efecto podría ser positivo. Sin embargo, es probable que los costos de producción bajen, con una mayor necesidad de inventario y salarios más altos. Esto, combinado con un mayor gasto público, corre el riesgo de reavivar la inflación.

Si los países desarrollados y África pueden beneficiarse, China, por el contrario, corre el riesgo de ser el gran perdedor de esta crisis. Su sistema comunista se mantiene unido gracias a su aparato de producción. Esto ya está a media asta y, sin duda, tendrá grandes dificultades para reiniciarse a largo plazo, cuando las empresas hayan implementado sus nuevas estrategias de suministro.

Por nuestra parte, las cosas también cambiarán. Seguramente volveremos a un poco más de normalidad, con un enfoque más local, ya sea para el consumo o la producción. El virus también corre el riesgo, por la fuerza de las circunstancias, de "rejuvenecer" un poco nuestras sociedades, debido a las muertes de determinadas personas, pero también quizás a través del baby boom que vemos con bastante frecuencia en este tipo de situaciones. Los problemas de ayer, como el envejecimiento de la población y los déficits de seguridad social, tal vez dejen paso a un aumento de los costes de producción, de los precios y de los tipos de interés. En definitiva, que reaparezcan viejos “problemas”, lo cual no es necesariamente algo malo.


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4 comentarios en “Il y aura un avant et un après Covid-19”

  1. Felipe de Habsburgo

    ¡Nuestra paciencia dará frutos! Esperando las ofertas 🙂
    Hoy los mercados bursátiles están colapsando. ¿En 1 mes crees que será peor?

    De lo contrario, cambiar un poco la forma en que funciona nuestro mundo económico nos hará mucho bien. ¡La naturaleza siempre será la gran ganadora!

    1. blank

      Es imposible decir cuánto durará esto. El Covid fue el detonante, ahora el petróleo está interviniendo y pronto veremos una caída de los beneficios, tal vez recesión y desempleo. Para que pueda durar. En este tipo de situación, es mejor entrar al mercado demasiado tarde que demasiado pronto.
      No olvidemos tampoco que si los precios son tan disparatados es porque eran muy altos…

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