Los placeres de la frugalidad

La frugalidad a menudo se ve desde la perspectiva de las privaciones y la frustración, cuando principalmente significa preferir la calidad de vida al nivel de vida.

El siguiente artículo es una reflexión sobre qué es realmente la frugalidad. Esta es una traducción libre del hermoso pasaje “los placeres de la frugalidad” del capítulo 6 del libro “Tu dinero o tu vida” de Vicki Robin y Joe Domínguez.

La frugalidad (o sencillez voluntaria) no es sólo una actitud económica en el gasto de recursos. Por el contrario, se puede considerar que se beneficia de la virtud de recibir un buen valor de cada minuto de nuestra vida y de cada cosa que utilizamos.

Ser frugal significa aprovechar y valorar lo que tienes. Cualquiera que tenga 10 trajes pero todavía sienta que no tiene nada que ponerse probablemente sea un derrochador. Por otro lado, alguien que tiene 10 trajes y los ha usado durante años es frugal. El despilfarro no depende del número de posesiones sino que se manifiesta en la incapacidad de saber aprovecharlas.

El hedonismo y la frugalidad son dos formas opuestas de disfrutar lo que tienes. El hedonismo se manifiesta en el placer sensual e implica un consumo excesivo del mundo material y una búsqueda continua de más y más. Sin embargo, Las personas frugales obtienen valor de todo., un diente de león o un ramo de rosas, una sola fresa o una comida gourmet.

Ser frugal significa tener una alta proporción de placer con respecto a las cosas materiales. Si obtienes una unidad de alegría por cada posesión material, eres frugal. Pero si necesitas 10 posesiones para empezar a sentir placer, te estás perdiendo la vida.

La mentalidad de nuestra sociedad de “más es mejor y nunca es suficiente” echa de menos el concepto de frugalidad no sólo por el exceso, sino también por no saber valorar lo que ya tenemos. Muy a menudo, las personas llamadas materialistas no aprecian las posesiones en sí mismas sino lo que simbolizan: estatus social, conquista, éxito, poder.

Lo interesante es que no necesariamente necesitamos poseer algo para apreciarlo: a menudo, sólo necesitamos usarlo. Ser frugal también significa saber aprovechar algo que no se tiene. Piense, por ejemplo, en un libro prestado de la biblioteca o en un coche de alquiler. Con demasiada frecuencia nos comportamos como señores feudales que acumulan tantas posesiones como sea posible y las encierran dentro de los muros de su fortaleza.

Ser frugal significa no querer apropiarse de todo, sino aprender a compartir e intercambiar, saber dar y recibir. Si logramos contentarnos con “suficiente”, significa también que queda algo para los demás.

La frugalidad es la noción griega del justo medio. Es el uso razonable del dinero, del tiempo, de la energía, del espacio y de las posesiones. La frugalidad no es ni demasiada ni poca, sino suficiente. Este es el pico de la curva de la felicidad.

Ser frugal no es ser tacaño, es utilizar tu dinero de forma inteligente para obtener el máximo placer por cada unidad de energía y tiempo invertido. El tiempo se vuelve cada vez más escaso y precioso al final de nuestras vidas. Usemos lo bueno hoy para no arrepentirnos cuando sea demasiado tarde.

Tomemos conciencia del propósito de cada gasto. Respetar tu dinero significa respetar tu tiempo y energía y, por tanto, respetarte a ti mismo.

Si el dinero no compra la felicidad, la frugalidad te permite acercarte a ella.